Tristemente, mucha gente malinterpreta a los gatos, incluso las personas que los aman, lo cual puede llevar a conflictos de convivencia humano-gato, malestar en la familia multiespecie e incluso al abandono.
Vamos a tratar tres conceptos erróneos comunes sobre los que la gente a menudo nos pregunta. Comprender estas ideas te ayudará a ser una mejor persona con los gatos, así como hacerlos más felices y tú poder disfrutar más de la interacción con nuestros queridos felinos.
Los gatos no quieren que los acaricien en la barriga
Muchas personas, sobre todo si ya son amantes de los perros, piensan que si un gato se da la vuelta y enseña la barriga, quiere que lo acaricien. Y luego se sorprenden, e incluso se pueden sentir contrariadas, cuando el gato araña, muerde o sale corriendo al intentar tocarle la panza.
Hay que tener en cuenta que los estómagos de los gatos son muy sensibles. (Si lo piensas bien, probablemente el tuyo también lo sea). Y a la mayoría de los gatos no les gusta que los acaricien en la barriga.
Entonces, ¿por qué un gato nos muestra su barriga? Cuando un gato se siente contento y relajado, a menudo se acuesta de lado exponiendo su panza. Esto no es una invitación a tocarlo, sino que es una señal de que se siente tan seguro en ese entorno y en tu presencia que se atreve a mostrar una parte muy sensible y delicada.
Y, a veces, en una interacción con una persona, un gato se girará de lado y mostrará su barriga. Nuevamente, no es una invitación: el gato se siente seguro y relajado con esa persona. Y si esa persona se acerca y toca su barriga, puede que rompa el estado de ánimo positivo del gato.
Cada gato es un individuo con su propia personalidad, y eso significa que algunos gatos dejarán que ciertas personas los acaricien en la barriga, pero la mayoría de los gatos prefieren que los acaricien en la cara y la cabeza.
A los gatos no les gusta que los abracen
A muchas personas también les gusta levantar a su gato y abrazarlo, tal vez incluso abrazarlo como a un bebé. Y, nuevamente, pueden sorprenderse o molestarse cuando el gato se retuerce, clava sus garras o muerde y escapa tan pronto como puede.
Ser acurrucado es un tipo de interacción muy intensa y el gato no tiene la opción de escapar (al menos, no sin retorcerse y arañar para que esto suceda).
Siempre es mejor darles a los gatos la opción de acariciarlos. Si un gato no quiere que lo acaricien (o que lo acaricien más), existe el riesgo de que muerda o rasguñe.
En lugar de levantar al gato, hay que intentar ponerse a su nivel y ver si se acerca. Si dejamos que las cosas sean en los términos del gato, nos llevaremos mucho mejor con él.
Si los estamos acariciando y no estamos segur@s de si quieren que continuemos, podemos probar a parar y esperar que el gato decida y nos demuestre si quiere que la interacción continúe.
No puedes esperar que los gatos no rasquen con sus uñas
Otra pregunta común que recibimos es si se puede entrenar a un gato para que no arañe los muebles.
La respuesta corta es NO, pero puedes educarlos para que rasquen en su rascador.
La razón es que rascar en superficies de su territorio es un comportamiento natural de los gatos que sirve para varios propósitos, incluido el mantenimiento de sus garras en buenas condiciones. Así que no puedes esperar que un gato no rasque: ¡necesitan hacerlo!
Eso significa que depende de ti proporcionar rascadores adecuados para tu gato.
Apuesta por algo bonito, alto y resistente. También es posible que desees colocarlo estratégicamente cerca de las superficies que ha estado arañando. A algunos gatos también les gusta tener una superficie horizontal para rascar.
Puede aumentar la probabilidad de que tu gato use su rascador al recompensarlo (como con una golosina pequeña) cuando lo use. Ahí es donde puede entrar la educación, por ejemplo.
También debemos tener en cuenta que cada gato tiene sus preferencias en cuanto a rascadores (el tipo de material, horizontal o vertical, preferencia de lugares en la casa) y debemos tomarnos como una manera de conocer mejor a nuestro gato, descubrir qué tipo de rascador le gusta más.
Si realmente adoras a los gatos, es muy posible que ya conozcas estos consejos, pero para muchas personas siguen siendo una sorpresa. Ver las cosas desde la perspectiva del gato puede marcar una gran diferencia, y comprender estos tres puntos hará que los gatos sean un poco más fáciles de entender.