Doble dependencia en la relación gato-humano
La relación de los propietarios de gatos con sus animales es una relación de ida y vuelta. Podría decirse que donde las dan, las toman, en el buen sentido. Un reciente estudio de la Universidad de Lincoln, en el Reino Unido, pone en evidencia las relaciones entre los gatos y sus tutores, propone una clasificación de las mismas y muestra como el comportamiento de unos y otros tiene una relación directa con el tipo de relación entre ambos.
El estudio se titula My Cat and Me —a Study of Cat Owner Perceptions of Their Bond and Relationship (Mi gato y yo: un estudio sobre las percepciones de los dueños de gatos sobre sus relaciones y vínculos). Lo firman Mauro Ines, Claire Ricci-Bono y Daniel S. Mills, del Grupo de Comportamiento, Conocimiento y Bienestar Animal de la Facultad de Biología de la Universidad de Lincoln y se publicó en la revista Animals en mayo de 2021.
El artículo se basa en un cuestionario que han respondido alrededor de cuatro mil personas que poseen un gato y comparten hogar con él. Tras la publicación del estudio, el sitio web de la Universidad de Lincoln propone un cuestionario interactivo para que los tutores de gatos puedan seguir proporcionando datos sobre este asunto y aporten datos más sólidos sobre su relación con sus felinos.
Se dan fuertes vínculos emocionales de los gatos con los humanos con los que conviven
El estudio afirma que se dan fuertes vínculos emocionales de los gatos con los humanos con los que conviven, aunque sabemos relativamente poco sobre tales vínculos. Estos etólogos han caracterizado diferentes tipos de relación que establecen los gatos con sus tutores, basándose en lo que dicen esos mismos tutores sobre la naturaleza de la relación que mantienen con su gato.
El cuestionario —que respondieron exactamente 3994 personas— se planteó con el empleo de expresiones relacionadas con el apego y la ayuda del otro en las interacciones cotidianas entre personas y felinos.
El análisis se presenta centrado en cuatro aspectos de esta relación, que son los principales, a decir de los autores.
Son: la implicación emocional del tutor con respecto a su gato; la aceptación de otros por parte del gato; la necesidad que manifiesta el gato de estar cerca de su tutor y, finalmente, la indiferencia que muestra el gato hacia su entorno, y hacia su propietario.
Clasificación de los tutores
Las respuestas permiten clasificar a los tutores en tres clases, y dos de estas clases se dividirían, a su vez, en dos.
Están los tutores poco involucrados en la cotidianeidad del gato, a los que aquello que se refiere al gato no les interesa demasiado, que conviven con gatos que, en lo posible, procuran evitar a sus tutores; esta relación tan distante ha sido bautizada como un vínculo de relación abierta. Dos tipos de vínculos más, los de una asociación distante y una relación casual, se caracterizan por un tutor que no se implica demasiado —que se lo mira de lejos, por así decirlo— y por un gato que, por el contrario, prefiere a este humano antes que a otros, o no, según el caso. Quedan dos vínculos más, el de codependencia y el de amistad, que se producen cuando el tutor está emocionalmente vinculado a su gato, pero que se diferencian entre sí por la aceptación de otras personas por parte del gato o la necesidad de este de permanecer cerca de su tutor; son los vínculos que describen una relación más estrecha y dependiente emocionalmente entre gato y tutor.
Compleja y dinámica relación social entre el gato y su tutor
Todo esto viene a demostrar que se trata de una compleja y dinámica relación social entre el gato y su tutor y que se desarrolla y responde a factores tan variados como la personalidad de ambos actores de esta relación.
Y uno de esos factores en los que los autores han puesto un especial énfasis, un factor psicológico y de comportamiento, será el apego que nace de esta relación y la capacidad de socializar de ambos individuos.
Estas expectativas de sociabilidad de uno y otro serán las que definirán con más fuerza el vínculo emocional entre el gato y su tutor, que será biunívoco; es decir, se verá correspondido por el otro.
A más ganas de socializar con el gato, mayor será el apego del gato hacia su propietario, y viceversa.
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