Educando a nuestro perro a través del vínculo
Educar día a día a nuestro perro
Cuando convivimos con un perro, hemos de ser conscientes de que los perros, como los humanos, están aprendiendo continuamente. Día a día, con las experiencias de la vida, van incorporando nuevos conocimientos y aprendizajes, positivos y negativos, en su modo de actuar y de ser. Tanto es así que para educar a un perro no se trata solamente de asistir a clases de entrenamiento canino, sino que también podemos- y, de hecho, debemos – trabajar con ellos en nuestra casa, en nuestra vida cotidiana en común.
Pero… ¿cómo hacerlo? ¿Cómo contribuir de manera correcta al entrenamiento y la educación de nuestro compañero de vida? Va a hacer falta mucho sentido común, pero también algunos conocimientos básicos. Lo más recomendable es, sin duda, acudir a un profesional especializado para que nos asesore y oriente.
Podemos, no obstante, indicar ya algunas estrategias y algunos consejos básicos:
Entrenamientos breves, pero frecuentes
Las llamadas “sesiones de práctica”, es decir, momentos que dedicaremos a educar activamente a nuestro perro, no deben ser excesivamente largas. Con 5 o 10 minutos basta. Así nos será más fácil encontrar tiempo para crear sesiones cortas y divertidas, y nuestro amigo responderá mejor a ellas.
Cuantas más sesiones cortas al día, más rápido avanzará el aprendizaje de tu perro y más reforzarás vuestro vínculo. ¡La frecuencia de las sesiones de entrenamiento es importante!
Utiliza las “golosinas” adecuadas… en el momento adecuado
Debes descubrir cuáles son las “golosinas” o “premios” que más le gustan a tu perro. Todos los perros tienen preferencias; a la mayoría les gustan especialmente los pequeños trozos de pollo, pero asegúrate que es su caso. Una buena idea es utilizar las golosinas «habituales» para facilitar el entrenamiento y las golosinas “especiales adicionales” para comportamientos importantes, como acudir cuando lo llamen. Y ten en cuenta lo siguiente: según varias investigaciones, los perros corren más rápido para obtener una mejor recompensa y, con el tiempo, la mayoría de los perros prefieren una variedad de recompensas.
También has de tener en cuenta que el uso del refuerzo positivo, mediante premios, ayuda a fortalecer el vínculo de tu perro hacia ti.
Sé generoso con estas golosinas
Ser generoso es importante. Cuando ya hayas identificado las golosinas por las que a tu perro le gusta trabajar, no olvides que cuando hace lo que le pides, merece que se le pague con prontitud. Esto ayudará a mantenerle motivado para una mayor y más rápida capacitación.
Utiliza juguetes de comida
Los juguetes de comida son un fácil enriquecimiento. Los juguetes de rompecabezas son una forma divertida de hacer que el perro trabaje por su comida… y algunos de ellos lo mantendrán ocupado durante bastante tiempo. Hay una gran variedad de juguetes entre los que elegir en el mercado. Primero deben ser más fáciles, para que tu amigo no se sienta frustrado, y luego ya puedes ir complicándolos. Si le ayudas a resolver ese “rompecabezas” para obtener su premio, especialmente al inicio del uso de un nuevo juguete, ese tipo de ejercicio fortalece que tu perro te tenga como punto de referencia ante la toma de cualquier decisión y, por tanto, facilita la convivencia y la conexión entre ambos.
Planifica
Planifica con anticipación, que nada te pille desprevenido. Ten siempre golosinas a mano para recompensar a tu perro por su buen comportamiento. Por ejemplo, algunas sugerencias: tener un tarro de premios junto a la puerta principal para recompensar «cuatro patas en el suelo» cuando lleguen los invitados; tener pollo picado en la nevera; llevar encima estas golosinas durante las caminatas, etc.
Planifica incluso las situaciones difíciles
Hay ocasiones que podemos saber que va a pasar algo para lo que nuestro perro aún no está entrenado o preparado. Por ejemplo: supongamos que vienen invitados a cenar, y que tu perro se vuelve loco cuando suena el timbre. Aprovecha estos momentos para trabajar con él. Explica a los invitados qué es lo que estás intentando y que este sea un momento de formación.
Si está aprendiendo a hacer sus necesidades donde pertoca… tienes que estar preparado para correr
Cuando tu perro esté aprendiendo a hacer sus necesidades en el sitio adecuado, tienes que estar listo para salir corriendo en cualquier momento. Eso significa tener junto a la puerta todo lo que necesitas para salir de casa (el arnés y la correa del perro, galletas para recompensarle, etc). Y, sobre todo, sácalo a pasear con frecuencia y no lo castigues por orinar en la casa. Cualquier grito o castigo sólo sirve para estropear vuestro vínculo, y pocas veces es efectivo a largo plazo para lograr ningún aprendizaje en el perro.
Un contratiempo, una oportunidad de aprender
Nadie es perfecto y, a veces, el entrenamiento no funciona tan bien como se esperaba. También a veces ponemos al perro en una situación que aún es demasiado difícil de afrontar para él. Considera los contratiempos como oportunidades de formación. Haz lo que necesites en el momento para resolver dicho contratiempo y, más tarde, tómate un momento para pensar en cómo podrías prevenir o resolver esta situación en el futuro.
Hemos de ser conscientes de que el perro está diseñado para ser cooperativo con los humanos, debido al proceso de domesticación. Así que si te parece que tu perro no está siendo cooperativo contigo, seguramente es porque no comprende la situación y no ha tenido todavía el aprendizaje necesario para lograr esa conexión tan especial. Sólo es cuestión de tiempo y dedicación para lograrlo, porque tu perro está continuamente en “modo de aprendizaje”, tenga la edad que tenga.