La música que amansa a los gatos
Un dicho popular afirma que “la música amansa a las fieras”, pero ¿es eso cierto? La pregunta puede tener interés si nuestro objetivo es reducir los niveles de estrés entre los animales que acuden a una clínica veterinaria o que conviven con nosotr@s. Y algunos estudios han empezado a interesarse por el tema. Más concretamente, por la música que amansa a los gatos.
Últimamente, ha comenzado a comercializarse la llamada música para gatos (Music for Cats, en inglés) que incluye sonidos semejantes a los que emite un roedor, al piar de un pájaro, al ronroneo de un gato… No parece que los gatos respondan a la música en sí, porque los gatos, como la mayoría de los animales, parece que no tienen un sentido musical. Lo más correcto sería decir que los gatos sienten interés por sonidos que les resultan familiares y que en algunas interpretaciones musicales existen sonidos que provocan interés a un gato.
Por otro lado, mucha de la música para gatos que se comercializa no se basa en un estudio sólido sobre la clase de sonidos que pueden resultar agradables para un gato, sino en aquello que nos parece a nosotros que podría resultarle agradable, lo que no es lo mismo.
Sea como fuere, los veterinarios y biólogos que estudian el comportamiento animal saben que los animales responden diferente a un tipo de música u otro. A modo de ejemplo, un estudio sobre gatos anestesiados en una clínica veterinaria llevado a cabo en 2015 demostró que, mientras el gato permanecía bajo los efectos de los sedantes, su ritmo respiratorio y la dilatación de sus pupilas era menor si sonaba un adagio de música de cámara que no una canción de AC/DC, es decir, que el adagio de fondo era más relajante que AC/DC ;algo que, por otro lado, era fácil de suponer. Tanto el ritmo respiratorio como la dilatación de las pupilas son buenos indicadores del nivel de estrés de un felino.
Efectos de la música en el comportamiento y la respuesta fisiológica al estrés en gatos domésticos en una clínica veterinaria
En 2019 se publicó en el Journal of Feline Medicine and Surgery un estudio más completo sobre este mismo asunto, titulado Effects of music on behavior and physiological stress response of domestic cats in a veterinary clinic (traducción: Efectos de la música en el comportamiento y la respuesta fisiológica al estrés en gatos domésticos en una clínica veterinaria). En ese estudio a veinte gatos se les presentaron 3 tipos de estímulos: música para gatos, música clásica y silencio.
Cada gato pasó dos veces por la misma prueba, con dos semanas de diferencia, consistente en permanecer en una habitación del consultorio veterinario con esa música durante diez minutos, tras los cuales se les realizaba un examen físico básico y se les extraía una muestra de sangre mientras seguía sonando la misma música.
Se medían tres parámetros:
- El CSS, o puntuación del estrés gatuno, antes de que sonara la música, durante el examen y después del examen.
- Puntuación de manipulación (HS), que va de 0 a 25, con el 0 para el gato que se deja hacer sin problemas y 25 para un gato extremadamente agresivo, que no permite que se le acerquen.
- El tercer parámetro mide el ratio neutrófilos/limfocitos en sangre (NLR), una medida que en algunas especies puede servir como indicador del nivel de estrés, aunque no sea considerado todavía un indicador fiable del mismo.
El estudio mostró que todos los gatos, fuera cual fuera la música que hubieran escuchado, mostraron un mismo nivel de NLR, pero más alto de lo que podría considerarse normal. La visita al veterinario, con o sin música, estresa a los animales. Es muy posible que el alto nivel de NLR no se corresponda a la visita veterinaria en sí, sino al desplazamiento de casa hasta la clínica veterinaria, que también provoca estrés.
La conclusión del estudio es que no se apreciaron diferencias en el comportamiento de los gatos que no escucharon ningún tipo de música y los que escucharon música clásica. En ambos casos, los gatos se mostraron ligeramente tensos. En cambio, aquellos que escucharon música para gatos se mostraron ligeramente más tranquilos, especialmente una vez finalizado el examen veterinario.
En conclusión, parece que determinada combinación de sonidos, que incluye una combinación de sonidos familiares y agradables para ellos (pájaros, roedores, etc), podría llegar a considerarse “música que amansa a los gatos”, aunque todavía queda mucho por investigar.
Así que, puedes probar este tipo de música y observar cómo reacciona tu gato.
¿No lo cuentas?
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